Por Ricardo Auer
Al estilo James Bond, Putin mandó un claro mensaje desde Crimea con amor (a la
Gran Madre Rusia) y con ello puso mayor claridad a la nueva configuración mundial.
Terminada desde hace tiempo la etapa de la globalización financiera; y pasada ya esta
última década sin nombre, entramos de lleno a una nueva configuración de la situación
global, caracterizada por los conflictos entre los grandes actores mundiales,
fundamentalmente por el dominio de los recursos naturales y energéticos, de las áreas
de influencia comercial y por la apropiación de las innovaciones tecnológicas.
Conflictos que tendrán, principalmente, un espacio económico y otro diplomático.
(si no sale el artículo completo, cliquear en el título)